GOLEM. Cómo un personaje de leyenda llega a nuestros días.
Definición de Wikipedia
Un golem es, en el folclore
medieval y la mitología judía, un ser animado fabricado a partir de materia
inanimada (normalmente barro, arcilla o un material similar). Normalmente es un
coloso de piedra.
El relato folclórico más
famoso relativo al golem
involucra al ilustre Rabbi Judah Loew, Judah Loew ben Bezalel,
conocido como el Maharal de
Praga, un conocido rabino del siglo XVI. Se le atribuye haber
creado al golem para
defender el gueto de Praga de ataques antisemitas, así como para atender también el
mantenimiento de la Sinagoga Vieja-Nueva (Altneuschul).
Sin embargo, el golem habría
sido creado en varias ocasiones y por diversos rabinos ilustres a lo largo de
toda la Edad Media.
Es más, la primera existencia del golem se remontaría a los orígenes mismos de
la humanidad, donde un golem
habría sido creado por una persona creyente y cercana a Dios.
El
ser creado nunca sería más que una sombra de aquél creado por Dios, ya que,
significativamente y por definición, todo golem
carece de alma.
La existencia de un golem
presenta entonces ventajas y desventajas. El golem es fuerte, pero no inteligente. Si
se le ordena llevar a cabo una tarea, la llevarán a cabo de un modo
sistemático, lento y ejecutando las instrucciones de un modo literal, sin
cuestionamiento ninguno.
Famosa en este sentido es una anécdota,
según la cual la esposa del rabino le pidió al golem que fuera "al río a sacar
agua" a lo que el golem
accedió pero al pie de la letra: fue al río, y comenzó a sacar agua del mismo
sin parar, hasta que terminó por inundar la ciudad.
Según sostiene una leyenda, la
incapacidad principal del golem era la incapacidad de hablar. Además,
para hacerlo funcionar había que meterle un papel con una orden por la boca u
otro orificio.
Otra manera de hacerlo funcionar era inscribiendo alguno de los Nombres de Dios
o bien la palabra Emet (אמת—"verdad"
en hebreo).2
Al borrar la primera letra de Emet (alef) de
su frente y quedar en ella solo met (מת—"muerte"
en hebreo), el golem
podía ser desactivado y volvía a ser una masa de barro inerte.
Uso coloquial
En la cultura moderna y, particularmente,
en el marco coloquial, el golem es una figura metafórica estrechamente
relacionada
con el autómata, el ser descerebrado o el hombre masificado que,
controlado, sirve desde un plano de conformismo, pero podría, bajo ciertas
circunstancias, rebelarse.
Dado su parentesco con la noción de entidad
automatizada y/o robot que no piensa, el término golem es
empleado tanto en ídish como
en la lengua hebrea moderna, donde se usa especialmente de modo coloquial con
connotaciones simultáneamente peyorativas y humorísticas: mientras que decirle a
alguien que es un golem implica tratarlo de "aparato" (hombre-máquina), decirle
"no seas golem" funciona como un llamado a que reflexione antes de proceder en
el acto que esté por llevar a cabo.
Cine
El
Golem es
una célebre película de cine mudo, de 1915; dirigida por Henrik Galeen y
Paul Wegener.
Trata de un golem de
barro creado por un rabino piadoso que lleva a cabo una especie de magia o
hechizo que le proporciona la vida al golem en la Praga medieval. La película sólo
guarda una ligera relación con la novela de Meyrink.
En 1966 se estrenó La Estatua Viviente, versión británica de El Golem con Roddy McDowall como el curador de un museo despedido por sus patrones, quien utilizando cierta fórmula medieval para lograr que la estatua cobre vida, la usa contra el jefe del museo
Poesía de Jorge Luis Borges
Si (como afirma el griego en el Cratilo)
el nombre es arquetipo de la cosa
en las letras de 'rosa' está la rosa
y todo el Nilo en la palabra 'Nilo'.
Y, hecho de consonantes y vocales,
habrá un terrible Nombre, que la esencia
cifre de Dios y que la Omnipotencia
guarde en letras y sílabas cabales.
Adán y las estrellas lo supieron
en el Jardín. La herrumbre del pecado
(dicen los cabalistas) lo ha borrado
y las generaciones lo perdieron.
Los artificios y el candor del hombre
no tienen fin. Sabemos que hubo un día
en que el pueblo de Dios buscaba el Nombre
en las vigilias de la judería.
No a la manera de otras que una vaga
sombra insinúan en la vaga historia,
aún está verde y viva la memoria
de Judá León, que era rabino en Praga.
Sediento de saber lo que Dios sabe,
Judá León se dio a permutaciones
de letras y a complejas variaciones
y al fin pronunció el Nombre que es la Clave,
la Puerta, el Eco, el Huésped y el Palacio,
sobre un muñeco que con torpes manos
labró, para enseñarle los arcanos
de las Letras, del Tiempo y del Espacio.
El simulacro alzó los soñolientos
párpados y vio formas y colores
que no entendió, perdidos en rumores
y ensayó temerosos movimientos.
Gradualmente se vio (como nosotros)
aprisionado en esta red sonora
de Antes, Después, Ayer, Mientras, Ahora,
Derecha, Izquierda, Yo, Tú, Aquellos, Otros.
(El cabalista que ofició de numen
a la vasta criatura apodó Golem;
estas verdades las refiere Scholem
en un docto lugar de su volumen.)
El rabí le explicaba el universo
"esto es mi pie; esto el tuyo, esto la soga."
y logró, al cabo de años, que el perverso
barriera bien o mal la sinagoga.
Tal vez hubo un error en la grafía
o en la articulación del Sacro Nombre;
a pesar de tan alta hechicería,
no aprendió a hablar el aprendiz de hombre.
Sus ojos, menos de hombre que de perro
y harto menos de perro que de cosa,
seguían al rabí por la dudosa
penumbra de las piezas del encierro.
Algo anormal y tosco hubo en el Golem,
ya que a su paso el gato del rabino
se escondía. (Ese gato no está en Scholem
pero, a través del tiempo, lo adivino.)
Elevando a su Dios manos filiales,
las devociones de su Dios copiaba
o, estúpido y sonriente, se ahuecaba
en cóncavas zalemas orientales.
El rabí lo miraba con ternura
y con algún horror. '¿Cómo' (se dijo)
'pude engendrar este penoso hijo
y la inacción dejé, que es la cordura?'
'¿Por qué di en agregar a la infinita
serie un símbolo más? ¿Por qué a la vana
madeja que en lo eterno se devana,
di otra causa, otro efecto y otra cuita?'
En la hora de angustia y de luz vaga,
en su Golem los ojos detenía.
¿Quién nos dirá las cosas que sentía
Dios, al mirar a su rabino en Praga?
el nombre es arquetipo de la cosa
en las letras de 'rosa' está la rosa
y todo el Nilo en la palabra 'Nilo'.
Y, hecho de consonantes y vocales,
habrá un terrible Nombre, que la esencia
cifre de Dios y que la Omnipotencia
guarde en letras y sílabas cabales.
Adán y las estrellas lo supieron
en el Jardín. La herrumbre del pecado
(dicen los cabalistas) lo ha borrado
y las generaciones lo perdieron.
Los artificios y el candor del hombre
no tienen fin. Sabemos que hubo un día
en que el pueblo de Dios buscaba el Nombre
en las vigilias de la judería.
No a la manera de otras que una vaga
sombra insinúan en la vaga historia,
aún está verde y viva la memoria
de Judá León, que era rabino en Praga.
Sediento de saber lo que Dios sabe,
Judá León se dio a permutaciones
de letras y a complejas variaciones
y al fin pronunció el Nombre que es la Clave,
la Puerta, el Eco, el Huésped y el Palacio,
sobre un muñeco que con torpes manos
labró, para enseñarle los arcanos
de las Letras, del Tiempo y del Espacio.
El simulacro alzó los soñolientos
párpados y vio formas y colores
que no entendió, perdidos en rumores
y ensayó temerosos movimientos.
Gradualmente se vio (como nosotros)
aprisionado en esta red sonora
de Antes, Después, Ayer, Mientras, Ahora,
Derecha, Izquierda, Yo, Tú, Aquellos, Otros.
(El cabalista que ofició de numen
a la vasta criatura apodó Golem;
estas verdades las refiere Scholem
en un docto lugar de su volumen.)
El rabí le explicaba el universo
"esto es mi pie; esto el tuyo, esto la soga."
y logró, al cabo de años, que el perverso
barriera bien o mal la sinagoga.
Tal vez hubo un error en la grafía
o en la articulación del Sacro Nombre;
a pesar de tan alta hechicería,
no aprendió a hablar el aprendiz de hombre.
Sus ojos, menos de hombre que de perro
y harto menos de perro que de cosa,
seguían al rabí por la dudosa
penumbra de las piezas del encierro.
Algo anormal y tosco hubo en el Golem,
ya que a su paso el gato del rabino
se escondía. (Ese gato no está en Scholem
pero, a través del tiempo, lo adivino.)
Elevando a su Dios manos filiales,
las devociones de su Dios copiaba
o, estúpido y sonriente, se ahuecaba
en cóncavas zalemas orientales.
El rabí lo miraba con ternura
y con algún horror. '¿Cómo' (se dijo)
'pude engendrar este penoso hijo
y la inacción dejé, que es la cordura?'
'¿Por qué di en agregar a la infinita
serie un símbolo más? ¿Por qué a la vana
madeja que en lo eterno se devana,
di otra causa, otro efecto y otra cuita?'
En la hora de angustia y de luz vaga,
en su Golem los ojos detenía.
¿Quién nos dirá las cosas que sentía
Dios, al mirar a su rabino en Praga?
Poesía relatada por el propio autor
Microrrelato
El microrrelato es
un texto breve en prosa, de naturaleza narrativa y ficcional, que usando un
lenguaje preciso y conciso se sirve de la elipsis para contar una historia
sorprendente a un lector activo. Microcuento, cuento brevísimo o minicuento son
las denominaciones dadas para un conjunto de obras diversas cuya principal
característica es la brevedad de su contenido.
INTERTEXTUALIDAD
•La
intertextualidad es una característica esencial en el microrrelato para
lograr la economía o síntesis verbal.
•La
intertextualidad es la relación que un texto (oral o escrito) mantiene con otros textos
(orales o escritos),
ya sean contemporáneos o anteriores; el conjunto de textos con los que se
vincula explícita o implícitamente un texto constituye un tipo especial de contexto,
que influye tanto en la producción como en la comprensión del discurso.
Golem y Rabino. A.M. Shua
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